miércoles, 23 de octubre de 2013

Cómeme el corazón

Estoy jodida y lo odio. No pretendía que esta mierda de blog que solo uso a modo de desahogo acabase siendo un lugar en el que hablar de él, luego de él y después de él, pero...

Está claro que en estos momentos no sé hacer otra cosa.

No pretendo que sea el hombre de mi vida, tampoco que nos queramos por años, simplemente quiero disfrutarle. Y de otra manera.

Quiero que un día de estos me robe un beso, quiero que me abrace contra su pecho, que me robe otro beso, que sus manos aprieten mi culo con fuerza. Quiero que me desee la mitad de lo que yo le deseo a él. Que algún día se encuentre solo, tirado en la cama y se acuerde de mi. Al igual que yo.

Que sigamos compartiendo momentos, historias. Que construyamos nuevos. Que le apetezca verme. 

Quiero no tener que callarme todo esto. Quiero que se entere y una vez lo sepa, quiero compartir nuevos pensamientos. En su oído. Me gustaría decir que pensamientos bonitos, pero lamentablemente solo se me ocurren cochinadas. ¡Que triste! Pero qué le voy a hacer? Es verdad 100% igual que lo de que la tierra es redonda. Es tan real como que el día que empiece a soltarle obscenidades al oído no pienso parar. ¡Jumanji!


martes, 15 de octubre de 2013

Dudas

Estos meses estoy obligada a tomar varias decisiones importantes, muy importantes, decisiones de esas que te cambian la vida. Caminos que se desdibujan a medida que tus pies avanzan, que se borran a tu paso, sin marcha atrás.

Y entre tanta cosa importante está él. No es que carezca de importancia, todo lo contrario, pero por ahora es un mero espectador en mi vida, un actor secundario, por ahora.

(...)

A veces pienso en 'mi vida sin mi' y me siento triste por no haber sido capaz de mostrarle algo tan bonito. Pienso en lo difícil que me resulta mantener las ilusiones, en lo frágiles que son, en lo que aumentan cuando me habla y en que él no lo sabe.

No está en mi vida, pero cuando deseas algo con mucha fuerza, lo imaginas, lo sueñas, lo sientes tan real que siento que ha sido mío en innumerables ocasiones. Le he hecho cientos de stripteases, le he saboreado hasta gastarle, le he agarrado de sus muñecas y he colocado su cuerpo entre mis piernas mientras mis caderas se balanceaban con el único fin de encenderle. Otras veces me he dejado hacer, he sollozado pidiendo falsa clemencia. Le he odiado y le he querido a partes iguales. Querer. Demasiado grande. Desear. Demasiado pequeña.